Empieza un año nuevo y con él, se activan deseos y anhelos deportivos o personales. Para que éstos no queden en la esfera de los sueños, voy a compartir una herramienta que yo utilizo y me es de gran ayuda: La Visualización
La Visualización va a permitir crear un vínculo entre el presente y el resultado final: nuestro Objetivo. Nos aportará la energía diaria para desarrollar las acciones necesarias en dirección al objetivo. Cambiará nuestra forma de percibir el mundo y dará sentido a nuestras acciones.
Para ello, cierra los ojos y visualiza tu meta.
Visualízate estando ya en el punto de culminación y observa.
Proyecta en tu mente la imagen interna de tu cuerpo, tu energía, tus músculos, sensaciones y emociones.
Respira y déjate invadir por este sentimiento durante mínimo 15 segundos cada día.
Vuelve al presente sabiendo que anhelas esa culminación y pregúntate qué puedes hacer ya, desde este mismo instante, en dirección a ese objetivo: en presente, positivo y afirmativo.
Identifica, por tu patrón de conducta, qué acciones no te ayudarán, friccionarán o pueden frenar tus progresos y busca cómo resolverlo.
Identifica las acciones que pueden contribuir, ayudar y/o mejorar la ruta hacía tu consolidación como deportista del futuro y decide cómo y cuándo las incluyes en tu planificación.
Finalmente evalúa, semanal o quincenalmente, si tus acciones diarias son aquellas pactadas contigo mismo para lograr tu objetivo.
“ Al éxito algunos le llaman suerte, yo le llamo entrega”