¿A quién no le gusta lucir un ligero o no tan ligero bronceado en su piel? Bueno sí, hay mucha gente que no le gusta y prefiere su piel tal cual es. Pero me atrevería a decir que la gran mayoría de las personas ponerse morenas y buscan para ello formas para potenciar el bronceado, convirtiéndolo en un ritual de belleza de cara al verano.
¿Por qué se broncea nuestro cuerpo?
El bronceado en realidad es una respuesta de nuestra piel como defensa ante los rayos UVA. Para protegerse de un mayor daño, la piel produce más melanina, que es el pigmento de la piel que la vuelve más oscura.
Y como todo, EN SU JUSTA MEDIDA, y siempre con la protección adecuada, exponerse al sol es muy beneficioso para el organismo humano. Todos necesitamos que el sol incida sobre nuestra piel, entre otras razones porque es la principal fuente de vitamina D, imprescindible para que el organismo pueda absorber el calcio, tan necesario para mantener los huesos fuertes y sanos.
Beneficios de tomar el sol
Entre los beneficios del sol para el organismo humano destacan los siguientes:
- Mejora en la respuesta muscular.
- Mejora la resistencia en pruebas de tolerancia.
- Disminuye la presión sanguínea.
- Incrementa la respuesta inmunológica.
- Reduce la incidencia de infecciones respiratorias.
- Baja el colesterol de la sangre.
- Incrementa la hemoglobina de la sangre.
- Mejora la capacidad de trabajo cardiovascular.
- Estimula las terminaciones nerviosas.
- Mejora la respiración, especialmente en asmáticos.
- Promueve la síntesis de vitamina D para calcificar huesos.
Y si además de todos estos beneficios, encima se nos pone la piel más bonita, ¡pues mejor que mejor! Pero lo dicho, no olvidemos que no hay que pasarse, elegir las horas adecuadas y no estar demasiado tiempo. Es por ello que una buena opción es, además de exponernos al sol debidamente, empezar a preparar la piel DESDE DENTRO es el primer paso para potenciar el bronceado, y consumir determinados alimentos en estas semanas previas al verano.
¿Cómo acelerar el bronceado de nuestra piel?
Debido a su composición hay determinados alimentos que favorecen el bronceado. La vitamina A y concretamente los betacarotenos son los encargados de aumentar la producción de melanina en la piel, que como bien dijimos al principio es el pigmento responsable de darle color a la piel. Por lo que el betacaroteno será tu principal aliado para acelerar el proceso y potenciar el bronceado.
Localizar los betacarotenos en los alimentos es bastante fácil y lógico: debemos buscar frutas y verduras de color naranja, rojo, amarillo o verde.
- Zanahoria
- Calabaza
- Naranjas, pomelos
- Melocotón, albaricoques
- Tomate
- Pastèque
- Épinards
Además de los alimentos, podemos suplementarnos con productos destinados a prepararnos para un bronceado espectacular. Como por ejemplo la SUN BRONZE, de nuestra línea Weider Gummies. Gominolas con betacaroteno y vitamina A diseñadas para cuidar la piel y ayudarnos a ponernos más morenas. Además, contienen también luteína y zeaxantina, dos pigmentos que protegen la salud ocular.
Consejos a la hora de tomar el sol:
Ten presente siempre que el Sol aporta muchos beneficios para tu salud, broncearse está bien, pero tomando estas precauciones:
- PREPARA TU PIEL 15 DÍAS ANTES: como hemos hablado, tomando alimentos que potencien la producción de melanina, incluso existen cremas ayudan a activarla de forma externa.
- PROTEGE TU PIEL: los protectores solares son indispensables, debes de ponerte protector solar antes de salir de casa y frecuentemente luego cuando estés expuesto. ¡No te fíes de cuando esté nublado! También hay que protegerse.
- LIMITA TU EXPOSICIÓN AL SOL: y evita las horas entre las 12 y las 4 de la tarde, que es cuando los rayos solares tienen una incidencia más directa sobre la Tierra.
- HIDRÁTATE: super importante, beber agua durante todo el día, y más en especial en el tiempo que estás expuesto al sol
- USA UN GORRO O SOMBRERO: para evitar que los rayos del sol incidan directamente sobre tu cara y cabeza
- LOS OJOS: unas gafas de sol no puedes olvidar
- NO TE PASES CON EL TIEMPO: entre los meses de abril y julio es cuando el sol pega más fuerte, por así decirlo. Debes empezar poco a poco, 10 minutos, por ejemplo. En invierno, puedes estar más tiempo, pero lo ideal, y de forma general es estar entre 10 y 20 minutos. Si quieres broncear tu piel con seguridad, lo más recomendable es menos tiempo, más veces.