Es un tema que tenía en mente, ya que los mensajes que podemos encontrar sobre nutrición, en muchas ocasiones no son siempre blanco o negro. Lo que es bueno para unos, no tiene porqué serlo para otros. La nutrición tiene muchos matices y variables a considerar, por lo que es necesario conocer la importancia de adaptar la nutrición a tus necesidades personales. Por eso, cuando me hacen una pregunta sobre nutrición, mi respuesta generalmente comienza con «bueno, depende de …».
Y como el contexto es muy importante en lo que respecta a la nutrición, aquí os traigo unos ejemplos.
Pautas para adaptar la nutrición a tus necesidades
Frutos secos
Los frutos secos son una gran fuente de proteínas, grasas saludables y fibra, y también contienen: vitamina E, vitaminas B y minerales como: selenio, hierro, calcio, zinc, potasio, magnesio, manganeso y cobre.
Algunos estudios también han encontrado que tomar 30 g (un puñado pequeño) de frutos secos al día, puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Pero para aquellos que tienen alergia a los frutos secos, pueden causar efectos secundarios desagradables como vómitos, diarrea, hinchazón, picazón, dificultad para respirar o tragar y en casos severos, anafilaxia.
Por lo tanto, para aquellos que no tienen alergia a los frutos secos, consumir aproximadamente un puñado de ellos sin sal por día suele ser un complemento saludable para una dieta equilibrada, y no, no engordan.
Pomelo
Fruta divina y fuente de vitamina C, vitamina A (en la forma precursora del betacaroteno) y fibra.
Pero el zumo de pomelo, en exceso, puede interferir con la atorvastatina, que es un medicamento para reducir colesterol en sangre.
Inclusive también actúa con otra serie de medicamentos, entre ellos: bloqueadores de los canales de calcio, inmunosupresores y warfarina.
Por lo tanto, en este aspecto, este alimento no sería la mejor opción según para quién. Sin embargo, si no estás tomando ninguno de estos medicamentos y te gusta el pomelo, entonces puede ser un buen alimento para incluir en tu día a día.
Cebolla y ajo
Le dan un buen sabor a la comida, proporcionan vitaminas y minerales como la Vitamina C y Magnesio. También contienen prebióticos, que alimentan las buenas y tan necesarias bacterias de nuestro intestino.
Sin embargo, pueden desencadenar hinchazón, dolor abdominal y problemas intestinales en algunas personas con SII (síndrome de intestino irritable) porque son alimentos ricos en FODMAP (carbohidratos fermentables de cadena corta muy frecuentes sobre todo en los alimentos de origen vegetal). Pero, por supuesto, depende de la cantidad de ajo que vayamos a consumir, ya que 1 diente de ajo en una olla grande de salsa no es determinante.
Por lo tanto, estas verduras aportan un beneficio adicional para la dieta, salvo para aquellos que tienen SII y son sensibles a la cebolla y el ajo. Pero no por ello habría que eliminarlos de la dieta a todo el mundo.
Plátano
Una de las frutas más temidas pero con muchos beneficios. Los plátanos proporcionan fibra, carbohidratos, vitaminas y minerales (como: potasio, magnesio, vitamina C y vitamina B6).
El potasio que se encuentra en los plátanos generalmente es bueno para nosotros ya que puede ayudar a mantener nuestro ritmo cardíaco regular y nuestros músculos saludables. Sin embargo, para aquellas personas que padecen insuficiencia renal hay que disminuir el potasio exógeno, y por ello, los plátanos ya no serían la mejor opción de fruta para consumir.
También escucho a la gente decir que los plátanos deben evitarse porque tienen un alto contenido de azúcar. Y esto tampoco es cierto, ya que el azúcar que se encuentra en los plátanos se produce de forma natural y está ligado a otros nutrientes y sobre todo fibra que ayuda a ralentizar su absorción. Además que dependiendo de su madurez puedes aprovechar y utilizarlo por ejemplo justo antes de entrenar (ver receta).
Donuts o helados o cualquier tipo de ultraprocesado
Cualquiera sabes que no es bueno para nadie comer cantidades masivas de donuts de forma regular. Pero unas pautas estrictas de “alimentos prohibidos” o que pensamos que puede ser perjudicial para nuestra salud, tampoco promueve una relación saludable con la comida.
Por eso es importante la flexibilidad y permitirnos saborear cada bocado de un alimento que disfrutamos. El equilibrio, el contexto y conocer la importancia de adaptar la nutrición a las necesidades de cada uno, importa ¡y mucho!