La etapa de definición muscular en la más dura de seguir debido a la dieta. Te damos unos consejos que te ayudarán a conseguirlo.
Cuando se trata de trabajar en la etapa de volumen, lo damos todo, ¿a que si? Barriguita llena, corazón contento, cargaditos de hidratos y a tope en el gimnasio, todo es energía y buen humor. Y como estamos tapados, no pasa nada, yo luego defino. No falto ni un día a entrenar, me supero día a día.
Pero por mucha fuerza muscular que tengas, seas hombre o mujer, no conocerás tu verdadero potencial ni tu verdadero espíritu deportivo, hasta que no llegas a la etapa de definición en la que, después de un duro día, te espera la dieta en casa y te toca cenar un triste filete de merluza y un plato de brócoli. ¿Cuántos son los que realmente llegan hasta el final?
Lo que quiero decir con esta introducción, es que en cualquier deporte, es más importante la fuerza de voluntad que la fuerza muscular
He visto hombres como castillos grandes y fuertes, con un potencial estupendo, pecar de débiles y cobardes porque no son capaces de seguir una dieta estricta (o no tan estricta) durante la etapa de definición. ¡Y es una pena! porque la constancia y la disciplina es algo que también debemos entrenar día a día, en todos los aspectos de nuestra vida.
Y la verdad es que todos nos hemos visto alguna vez en esta situación (yo la primera).
«Motívate, despierta, lucha por lo que quieres, no permitas que tu mente domine tu yo interior que está ilusionado como un niño por verse bien y mejor»
Voy a enumerar los errores más comunes que hacen que caigas en el intento y te prometemos que una vez los interiorices e identifiques, sabrás cómo anularlos para siempre
- Pensar que estás a dieta por obligación Error. En cuanto se impone algo como obligado, automáticamente aparece la tentación de romper las reglas. Pero piensa que eres tú el que ha decidido estar a dieta para definir, nadie te obliga, así que alaba tus propias decisiones disfrutando del proceso que has elegido.
- Pensar sólo en la meta final Error. Y de esto no nos libramos nadie. Como proyectes tu mente en el futuro lejano, te perderás el ahora, el proceso. Plantéate pequeñas metas a corto plazo y siempre seguirás en el camino. Te sales del camino cuando la obsesión por el final te ciega, y al final ni lo disfrutas, solo consigues frustración
- Piensa en la disciplina como un entrenamiento, como un fortalecimiento Piensa sólo en el día que vives ahora. Hazlo hoy lo mejor de ti, céntrate en conseguir la meta del día. ¿y mañana? eso aún está demasiado lejos. Mañana ya nos centraremos en completar ese día mejor que ayer, y así sucesivamente
- ¿Y si caes un día? No pasa nada. Solo por hoy. Mañana mejor. Quiero decir, como parte de una buena disciplina se incluye también fallar al plan, es darte permiso, escuchar tu cuerpo y tu mente. Somos humanos señoras y señores, no estamos programados para estar todos los días igual.
- Dejarte influir más por los demás Error. Y es que cuando estamos más vulnerables, es cuando los demás, a veces sin quererlo, muchas veces queriendo, se toman la “libertad” de hacer comentarios sobre ti: “estás quedándote en los huesos”, “todo el día con el tuper a todos lados”, “qué mala cara te veo”, “total para qué”… os suena, ¿no? Y el problema no es que lo digan, el problema es que nosotros le damos valor a eso, y eso, falta de respeto a uno mismo. Te sientes pequeño y te dejas influir, juegan con tus sentimientos y puede ser el empuje necesario para mandar todo a la porra.
Pues no lo permitas jamás, si eres capaz de levantar 200 kg en prensa pero luego no eres capaz de soportar el peso de una crítica o de una opinión, estás perdido.
La buena noticia, es que trabajando tu mente día a día, te harás realmente fuerte a nivel mental.
Os dejo una de mis frases favoritas: