Todos hemos escuchado los mitos de que comer hidratos de carbono por la noche puede causar aumento de peso o ganancia de grasa corporal.
Nuestro cuerpo es adaptable e inteligente, y es que la pérdida o ganancia de peso depende de una variedad de factores, desde el nivel de actividad física hasta la cantidad y el tipo de calorías que se consumen.
¿Qué sucede cuando comemos hidratos de carbono por la noche?
La lógica detrás de esto es que cuando nos vamos a dormir, las calorías que ingerimos no se quemarán y por ello se convertirán en grasa. Pero la evidencia científica demuestra que nuestra tasa metabólica aumenta cuando estamos en la fase REM del sueño. [link]. Además por la noche nuestro cuerpo trabaja en la reparación de tejidos y de ganancia muscular mientras dormimos, por lo que nuestro metabolismo no está completamente en reposo. Eso sí, si eres una persona activa durante el día.
Otra razón por la que comer hidratos de carbono por la noche puede ser beneficioso es el equilibrio de cortisol en sangre. El cortisol es la bendita hormona del estrés que cuando se encuentra elevada inhibe la pérdida de grasa corporal y la ganancia de masa muscular. Todo esto se debe a que el consumo de carbohidratos a estas horas del día provocan un aumento de la serotonina y la melatonina, dos neurotransmisores encargados de generarnos sensaciones de bienestar y sueño. Y es aquí cuando nuestra hormona cortisol se regula junto con la grelina (hormona que estimula el apetito).
Sensibilidad a la insulina
También está el problema de la sensibilidad a la insulina y la tolerancia a la glucosa. Los niveles de glucosa e insulina permanecen más tiempo elevados por la noche en comparación con la comida de la mañana. Pero aunque parecen empeorar por la noche (en comparación con la comida de la mañana), hay que tener en cuenta que el ayuno nocturno puede mejorar la sensibilidad a la insulina.
Por lo tanto, una comparación más justa es una comida de medio día frente a una comida de noche, y en este caso, no hay diferencia en la sensibilidad a la insulina. Es decir, parece que la sensibilidad a la insulina no está deteriorada de noche, sino que simplemente se potencia con un ayuno nocturno.
Conclusiones
Nuestro cuerpo no tiene un horario controlado para controlar a partir de qué hora empezamos a acumular ciertas comidas como grasa abdominal. Tu composicion corporal se define por el conjunto de alimentos que se comen durante el día, más al equilibrio de nutrientes ingeridos, y otros factores como sueño, ejercicio, actividad física, estrés. No sólo por el consumo de carbohidratos o cualquier alimento que tomes por la noche.
El problema radica en que se suele relacionar el comer de noche con alimentación emocional y compulsiva. Incluso lo utilizamos para relajarnos, y aquí es donde elegimos alimentos poco sanos, dejando de lado los que se deberían de consumir: verduras, frutas, legumbres, patatas, batatas, arroz, cereales integrales, yogur. Todos estos entran en la categoría de alimentos de calidad para cualquier momento del día siempre y cuando exista un equilibrio.
¡Espero que te haya gustado!